la puerta hacia
la libertad interior.
Todo lo que
haces, todo lo que dices y piensas es consecuencia de un estado interno que has
elegido. Elige desde la consciencia. Todas tus relaciones de afuera es un
efecto, la causa es interna. Aquí ahora elijo paz, paz para mi mente, paz para
mis emociones, paz para mi vida...paz...
"Te
perdonas y perdonas al otro para recuperar la libertad de tu alma".
El perdón es la
fuerza sanadora más poderosa del universo, y es la puerta hacia la libertad y
la plenitud. Pues sólo perdonando a los demás y a ti mismo podrás sentirte libre
interiormente. Tu consciencia se expandirá en tu interior, fluirá por tus venas
y se plasmará bellamente en tu vida.
Todos los grandes avataras del mundo han indicado que el perdón, es
signo de trascendencia y belleza espiritual. Lo han indicado como practica, en
la senda del perdón y la compasión.
Y es que el perdón
proviene del Amor, por eso sólo puedes perdonarte si te amas a ti mismo. Y
después de haberte perdonado, sentirás un Amor aún más profundo, el Amor se
habrá expandido por tu ser. Perdonar es el mayor regalo que puedes darte a ti
mismo.
A veces tenemos
ciertas resistencias a perdonar. Pensamos que si nos perdonamos o perdonamos a
alguien, le estaremos quitando importancia a lo sucedido. Pero en realidad no
se trata de perdonar lo que uno mismo o el otro hizo. Se trata de perdonar el
porque actuamos de determinado modo.
Si abres tu
corazón de verdad a alguien, por ejemplo, y esa persona te traiciona, quizás te
resulte difícil perdonarle, pues tu mente te dirá que lo que ha hecho es
injusto y cruel. Imperdonable. Al fin de cuentas tú le entregaste lo mejor de
ti, y le amaste de verdad. Pero si expresas la ira o el profundo dolor que quizás
sientas, y luego meditas acerca de todas las lecciones que esa experiencia te
trae y las integras, el perdón llegará de un modo fácil, sin esfuerzo.
Entonces guardarás
en tu memoria esencial y en el corazón todos aquellos momentos hermosos y mágicos
compartidos, y todo lo demás caerá en el olvido por sí mismo. se diluirá pues
es inexistente y no es tuyo.
También irás
comprendiendo que los demás son apenas tu espejo. Y cuando el otro actúa de un
modo que te hiere de alguna manera, te está mostrando, aún sin ser consciente,
algo que debes sanar en ti mismo.
Otra resistencia
a perdonar proviene del miedo de que, al hacerlo, uno se vea en la obligación
de reconciliarse con el otro. Pero esto no es necesario si no lo sientes, o no
es lo adecuado para ti y tu crecimiento. Recuerda que la función del perdón es
liberarte y liberar. Te perdonas y perdonas al otro para recuperar la libertad
de tu alma. Y por eso mismo el perdón no conlleva ninguna obligación con los
demás. Puedes plasmarlo libremente en una nota, un saludo. Fruto de la
consecuencia en lo que sentimos pensamos y hacemos es una vida sana, sin contradicciones
y por lo tanto, más armoniosa con la vida y con el Universo.
Es importante
tener en cuenta que el perdón no es otorgado desde una posición de superioridad.
Si lo consideras de este modo, tendrás resistencias para perdonar, porque te
sentirás incómodo o inadecuado. O entrarás en una sutil lucha de poder, que es
exactamente lo opuesto a lo que el perdón brinda. Será el ego jugando a
perdonar, una mascarada más.
…En lugar de
pedirle perdón a alguien es mucho más sano y efectivo sentir arrepentimiento, y
no culpa, y decirle al otro de un modo sincero y profundo: “Lo siento, lo
siento mucho”. De este modo ambos permanecen en una posición de igualdad, y
pueden compartir el dolor o el pesar que sienten por lo sucedido. Entonces
pueden perdonar y perdonarse de un modo humano, natural y abierto. Y en ese
proceso el Amor se profundiza, y el perdón realmente libera a ambos. Pedir perdón
es volver a ser niño.
Muchas veces nos
resulta más fácil perdonar al otro que a nosotros mismos. Si fuiste tú quien
traicionó al otro, por ejemplo, perdonarte a ti mismo puede resultarte difícil.
Sabes que has herido profundamente a alguien que se había abierto y confiado en
ti, y quizás piensas que has sido un cobarde y has actuado de un modo cruel. Las
voces de la sociedad o de la religión te acosarán -la voz de ese juez que todos
llevamos dentro-, diciéndote que te mereces un castigo. Y comienzas a
castigarte a ti mismo inconscientemente, de diversas maneras: tienes un
accidente, empiezas a usar drogas o a beber alcohol, te involucras en otra
relación que es destructiva, pierdes tu empleo, etc.
Pero si te
detienes a tiempo, antes de entrar en esa dinámica demoledora, y expresas el
dolor que te produce darte cuenta de lo que has hecho, el perdón a ti mismo ya
está en camino. Haz elegido estar en paz interior y vivir desde la cosciencia
esencial.
Te haces
responsable y expresas a solas lo que sientes. Luego meditas acerca de las
razones que te llevaron a actuar de aquel modo, y te perdonas por ellas, te
perdonas por los motivos que te llevaron a ocasionar dolor en el otro. Y
aprendes las lecciones, y las digieres y las integras, para así evitar volver a
actuar del mismo modo la próxima vez que alguien se abra de verdad contigo.
Pues si no
aprendes esas lecciones a fondo, podrás tener una infinidad de relaciones, por
ejemplo, pero tarde o temprano actuarás del mismo modo con todas ellas.
Y entonces
perdonarte se hará más difícil, pues irás acumulando en tu historia personal
una larga serie de traiciones y posiblemente caerás en patrones auto-destructivos,
o caerás en la negación del Amor; no te permitirás amarte ni amar de verdad a
nadie nunca, lo cual hará que tu vida carezca de un verdadero sentido.
…Recuerda que
sin perdón no puede haber Amor, y sin amor no puede haber perdón ni por los demás
ni por ti mismo. El perdón es la mayor fuerza liberadora que existe en todo el
universo. Al perdonarte y perdonar al otro, ambos son liberados. Se desatan
karmas y se crean espacios de realización, Ya están libres, ya sea para seguir
con la relación pero de un nuevo modo, o para que cada uno pueda seguir su
respectivo camino. A veces hay que abrir el corazón para dejar ir, soltar ataduras,
dejar resistencias.
Recuerda que te
mereces perdonarte siempre, no importa lo que hayas hecho o haya sucedido. El
perdón te conduce al verdadero Amor, al Amor incondicional, al Amor eterno e
infinito y a no volver a cometer ese acto en contra tuyo o de algún otro pues
ese amor ama la vida, la consciencia es su estado natural, y la armonía con el
universo su esencia vital.
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