Miedo v/s Realidad

El alma humana siempre desea encontrar la paz y la felicidad, la dulzura y el amor, el bienestar físico y gozar de una vida plena y en equilibrio. Pero a la vez huye y rehúye los obstáculos que impiden lograr una vida superior, esconde sus miedos, sus penas y temores más profundos que le impiden ver y ser lo que ya es en lo esencial. Distrae su atención con los obstáculos que, aunque sin darse cuenta pero siguiendo un patrón karmico, va creando en la medida que día a día se enfrenta a la vida.

Para los iniciados reales en la elevación de la consciencia, resulta fácil después de algún tiempo de practicas internas, comprender que es la periferia del ser y cual es el interior, esencial y humano, verdadero y universal. Cuando comprendes eres lo que comprendes y pasas de una vida egocentrada a una vida autoconsciente. Y aunque resulte de primer grado lo que te diré por su simpleza, la vida autoconsciente no es otra cosa que ser consciente de la conciencia. Ser consciente que eres un ser pensante, creador de energías llamadas pensamientos. Comprendes que eres mente, un cuerpo mental maravilloso e infinito, con las características mismas del todo universal, que nada tiene que ver con el concepto que tenemos de inteligencia intelectual, sino, que eres el creador de tus pensamientos como condición de todo ser espiritual. Comprendes que eres un ser absolutamente emocional, cuyo origen es la emoción pura y por ende, perfecta. Comienzas a sentir que los obstáculos se disuelven en tu emocionalidad elevada pues en realidad nunca han existido y no son tan poderosos como creemos. Nada es tan o más poderoso que el espíritu vivo que somos. Y es tan poderoso que cuando crea algo como la subcreación del miedo, tiene tanto poder como tu quieras darle.

Te daré un ejemplo: Cierta vez un nuevo alumno me dice que siente extrañas vibraciones provenientes de una figura que le habían regalado, una pequeña estatuilla a la cual le atribuía cierto tipo de maleficio. Habían comenzado ruidos extraños sobre todo en las noches cuando la consciencia se agudiza, los cuales eran atribuidos a dicho objeto. Cuando la vi, pues la llevo un día a clases, en realidad me agrado la figura, y lejos de producirme algún tipo de sensación espeluznante la encontré simpática, no encontrando en ella nada que pudiera indicar presencia del bajo astral. 

Para resolver el tema puso dicha estatuilla en el patio de su casa, a unos diez metros de la puerta que daba a la cocina. Cada vez que por las noches iba a la cocina sentía que al abrir la puerta la estatuilla estaría ahí, quieta, que se habría desplazado a ese lugar. Muchas veces abrió la puerta pensando que eso ocurriría, sin embargo cuando realizaba dicha acción, comprobaba que la estatuilla estaba en el lugar que le había dejado a diez metros de distancia. Si se preguntan porque no se deshizo de ella, bueno, les diré que mi consejo fue que la mantuviera y se enfrentara a su miedo. Había pasado algún tiempo y ya no había tanto temor. Pero cierta noche, cuando se encontraba en la cocina sintió un ruido inquietante e impreciso detrás de la puerta que daba al patio. Abrió la puerta y allí estaba la estatuilla, a uno o dos pasos frente a él. ¿qué había pasado? tres cosas que teníamos que investigar. La primera, un desdoblamiento de su yo, en la cual va al lugar donde se encontraba la estatuilla, la lleva al lugar que el crea en su mente (centrar el miedo) luego olvida todo y, cumpliendo el ritual, se encuentra con la realización de su miedo (el miedo implicaba a abrir la puerta, miedo a abrirnos a nuevas posibilidades). La segunda, que alguien le haya jugado una broma. La tercera, un poco más infrecuente, el movimiento de un objeto a distancia, la telequinesis, que, en un estado alterado de conciencia se puede manifestar. Con cierta practica de meditación y visualización, logró saber que había sido la primera opción, se vio salir de la cocina, atravezar el patio, tomar la figura y llevarla justo donde él tenia panico de encontarla, luego olvido todo. También logró saber cual era la causa de su miedo. Una extraña vibración de culpa por algo que no hizo, en este caso un viaje a visitar a un amigo el cual se encontraba en una difícil situación. Relacionemos estatuilla con un viaje y una culpa.  Estatuilla; inmovilidad. Viaje y culpa; movilidad de lo estático. Él se quedo quieto, no viajo; la estatuilla era él, representaba su propia inmovilidad culpogena. Cabe decir que todo esto coincidió, le regalaron dicha estatuilla en los momentos que discernía si viajaba o no. En fin, así es la mente nuestra y ejemplos como este hay muchos. Disculpen la mala redacción pues siempre he sido un mal narrador. Pero lo importante es señalar que la mente es una región poderosa y misteriosa, pues cada pensamiento creado, en una inmensa fuerza que puede ser positiva o negativa dependiendo de su origen generador.  

Los pseudo-tarotistas, no los iniciáticos, me refiero a los que “predicen el futuro por medio del tarot” que de por si es un engaño cuando a través de él se “dice” el futuro, programan a sus clientes con el miedo y así crean la dependencia. La mente es creadora de creencias y lo nefasto, es cuando estas creencias pasan a ser realidades, pues la mente inconsciente buscará la manera de realizarlas. Mi amigo Alejandro siempre cuenta, refiriéndose al tarot, la siguiente anécdota: “Llega un amigo a verme, muy asustado, pues un tarotista le había dicho que un ser cercano a él iba a morir en un mes. Yo le dije –dice Alejandro- que entrara en una habitación con una mosca, que la dejara volar, que leyera algún periódico u otra cosa, y cuando haya transcurrido algún tiempo, mate la mosca y ya esta, un ser cercano murió ahí, cerca de él. Se ha realizado el acto de la psicomagia de la desprogramación”. –concluye Alejandro. Cuando lo oí, aparte de reinos mucho, lo encontré genial. “La vía del Tarot” es un libro imperdible de Alejandro Jodorowski, para quien quiera iniciarse en el estudio serio del Tarot, símbolo iniciático de los Templarios místicos, en el único tarot que Jodorowski recomienda, el tarot de Marsella.

Si una meditación o visualización no es terapéutica, es solo un sueño o un descanso mental (que de por si, es siempre bienvenido) pues la causa, la aspiración humana interna, es que se acaben los conflictos duales como el miedo o la infelicidad profunda y crónica, o los problemas con el entorno y con el mundo entero instintiva o inconscientemente. El ser humano esta deseoso de volver a ese lugar espiritual interior y elevar su consciencia, nuestra consciencia para terminar con la esclavitud de la mente, de los deseos y las carencias y de todo lo que nos hace sufrir.

Cuando actuamos desde la Consciencia de Sí, desde la zona nuestra que es el gran observador de la existencia que no conoce lo que es el criticar o el enjuiciar, la vibración baja de la mente se aquieta y surge la paz, a la vez que el espacio y el tiempo pareciera que se expenden intensamente como nuestra propia consciencia de ser. Se elevan los pensamientos a regiones más altas y por lo tanto, más cercanas al sol sutil del plano mental, atrayendo por consecuencia, vibraciones mayores en pureza manifestada en energía vital. Así las negatividades que afectan a nuestros cuerpos sutiles se reordenan y nos centra más con el campo cuántico del aquí-ahora.

Nada se resiste cuando la voluntad se templa con amor y disciplina, con quietud y constancia, solo así descorreremos el velo de maya y descubriremos que maravillosos seres somos tras la apariencia de lo inerte.

J.C.

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