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sábado, 8 de marzo de 2014

24 fortalezas para un carácter resiliente






1. Curiosidad, interés por el mundo
Tener interés por lo que sucede en el mundo, encontrar temas fascinantes, explorar y descubrir nuevas cosas. Descubrir y apreciar el mundo interno y el potencial creativo. Desarrollar el conectar con el mundo y el movimiento que produce.

2. Amor por el conocimiento y el aprendizaje
Llegar a dominar nuevas materias y conocimientos, tendencia continua a adquirir nuevos aprendizajes. Todo es digno de conocer, saber como funciona el cuerpo humano y la conciencia que posee.

3. Juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta
Pensar sobre las cosas y examinar todos sus significados y matices. No sacar conclusiones al azar, sino tras evaluar cada posibilidad. Estar dispuesto a cambiar las propias ideas en base a la evidencia.

4. Ingenio, originalidad, inteligencia práctica
Pensar en nuevos y productivos caminos y formas de hacer las cosas. Darse el habito de que, aunque se piense no estar inspirado, formar un espacio y concretar desde la mente creadora.

5. Perspectiva
Ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los demás, encontrando caminos no sólo para comprender el mundo sino para ayudar a comprenderlo a los demás. Si esa comprensión emerge del comprenderse a sí mismo, es muchísimo más enriquecedor.

6. Valentía
No dejarse intimidar ante la amenaza, el cambio, la dificultad o el dolor. Ser capaz de actuar según las propias convicciones aunque eso suponga ser criticado. La fuerza de la autenticidad produce voluntad y dominio de si mismo.

7. Perseverancia y diligencia
Terminar lo que uno empieza. Persistir en una actividad aunque existan obstáculos. Obtener satisfacción por las tareas emprendidas y que consiguen finalizarse con éxito. No dejes nada a medio camino, cada cosa realizada es un logro y una experiencia, además de la felicidad que se siente al concretar.

8. Integridad, honestidad, autenticidad
Ir siempre con la verdad por delante, no ser pretencioso y asumir la responsabilidad de los propios sentimientos y acciones emprendidas. Cuando no se va con la verdad por dentro y por fuera se esta en la periferia de la conciencia y se atrapa la mente.

9. Vitalidad y pasión por las cosas
Afrontar la vida con entusiasmo y energía. Hacer las cosas con convicción y dando todo de uno mismo. Vivir la vida como una apasionante aventura, sintiéndose vivo y activo. Cuando se conecta con la energía vital, se vuelve alegre, amistoso y creativo.

10. Amor, capacidad de amar y ser amado
Tener importantes y valiosas relaciones con otras personas, en particular con aquellas en las que el afecto y el cuidado son mutuos. Sentirse cerca de las personas. Permítete amarte desde lo que eres, y esencialmente eres espíritu vivo. Si te amas te descubres.

11. Simpatía, amabilidad, generosidad
Hacer favores y buenas acciones para los demás, ayudar y cuidar a otras personas. La fuerza de la gratitud de las personas y del universo son oleadas de paz y claridad. Eres útil y le haces falta a alguien. Aprende a sonreír más, iluminando con tu sonrisa el rostro y el alma.

12. Inteligencia emocional, personal y social
Tener empatía. Ser consciente de las emociones y sentimientos tanto de uno mismo como de los demás, saber como comportarse en las diferentes situaciones sociales, saber que cosas son importantes para otras personas y evitar todo lo que sea perder la conciencia.

13. Ciudadanía, civismo, lealtad, trabajo en equipo
Trabajar bien dentro de un equipo o grupo de personas, ser fiel al grupo y sentirse parte de él. Si te involucras en el ideal de tu colectividad serás una bendición para el grupo, no un problema. Y si vez carencia del grupo en algo, actúa en consecuencia.




14. Sentido de la justicia, equidad.
Tratar a todas las personas como iguales en consonancia con las nociones de equidad y justicia. Dar a todo el mundo las mismas oportunidades. Cuando criticas juzgas y no estas en paz, estas en crisis y sufres, evítalo, se empatico.

15. Liderazgo
Animar al grupo del que uno es miembro para hacer cosas, así como reforzar las relaciones entre las personas de dicho grupo. Organizar actividades grupales y llevarlas a buen término. Elimina las pesadas esferas oscuras que te alejan del grupo. Puedes aportar y mucho. Animar al grupo es una buena forma de renovarse interiormente.

16. Capacidad de perdonar, misericordia
Capacidad de perdonar a aquellas personas que han actuado mal, dándoles una segunda oportunidad, no siendo vengativo ni rencoroso.

17. Modestia, humildad
Dejar que sean los demás los que hablen de uno mismo, no buscar ser el centro de atención y no creerse más especial que los demás. Todos tenemos las mismas capacidades y la mejor de todas es ver las virtudes que tienen los demás.

18. Prudencia, discreción, cautela
Ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumiendo riesgos innecesarios ni diciendo o haciendo nada de lo que después uno se pueda arrepentir.

19. Auto-control, auto-regulación
Tener capacidad para regular los propios sentimientos y acciones. Tener disciplina y control sobre los impulsos y emociones. Date el tiempo para silenciarte y dejar que las emociones fluyan. Es el mejor camino para conocer nuestras reacciones.

20. Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro
Saber apreciar la belleza de las cosas, del día a día, o interesarse por aspectos de la vida como la naturaleza, el arte, la ciencia…el conocimiento. Aprecia la belleza de tu vida y abrázala con tu conciencia.

21. Gratitud
Ser consciente y agradecer las cosas buenas que a uno le pasan. Saber dar las gracias pero desde dentro.

22. Esperanza, optimismo, proyección hacia el futuro
Esperar lo mejor para el futuro y trabajar para conseguirlo. Creer que un buen futuro es algo que está en nuestras manos conseguir en el presente con la experiencia del pasado.

23. Sentido del humor
Disfrutar de la risa y las bromas, sonreír con frecuencia, ver el lado positivo de la vida.

24. Espiritualidad, fe, sentido espiritual

Pensar que existe un propósito o un significado universal en las cosas que ocurren en el mundo y en la propia existencia. Creer que existe algo superior que da forma a nuestra conducta y nos protege. Somos seres esencialmente de origen espiritual.



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