Apuntes sobre Meditación e Iniciación.
El desarrollo interno, el conocerse a si mismo, el
entablar una conexión más consciente con el todo creado comienza con la
meditación. Meditar es un arte, una acción natural que puede perfeccionarse
hasta alcanzar niveles de conciencia cada vez más puros y elevados. Meditar es
unir. Unir el cuerpo, la mente y el alma. Unificarlos con el gran silencio que
es el espíritu, con el Cosmos vivo. Meditar es conocerse, descubrir nuevas
dimensiones creativas de lo interno, desarrollar esas dimensiones hasta encarnarlas
en el cuerpo, integrarlas a la mente y a la emoción, se lograra una vida más
plena, feliz y contemplativa, más centrada y equilibrada. Meditar es explorar,
viajar por los espacios internos, sanar las heridas, iluminar la vida, conocer
nuevos y más profundos estados de paz y de silencio. Meditar es observar,
elevar la vista física y lograr en ese estado de quietud ver con el alma.
Contemplaras la belleza de cada forma y te sentirás un ser vivo pues el camino
que te conduce a la propia fuente de la vida y la existencia.
Se ha dicho apropiadamente, que la meditación es
esencialmente silencio, silencio interior para escuchar la voz del alma y el
latido del universo en el ritmo de la respiración. En el silencio la mente y la
emoción se equilibran y aquietan y el ser comienza a vaciarse de todo cuanto no
es él, esencialmente hablando, y recuperando el estado natural y original. Solo
así el ego se transmuta en una entidad superior.
Quien medita iniciáticamente, comienza a sentir los
primeros efectos de su autoconsciencia:
-Desarrolla su voluntad.
-Desarrolla su capacidad de discernir. Que es el
primer paso de salida de la dualidad.
-Desarrolla y manifiesta sus capacidades y dones
naturales. A mayor elevación de la consciencia, mayores o más perfectos son las
herramientas que el Cosmos te brinda por añadidura, para incentivarte en tu
búsqueda de perfección y unión contigo mismo, con la naturaleza y con el
Universo.
Con la meditación la claridad de la mente aumenta,
tus pensamientos son más luminosos y por ende más potentes, más sutiles y
creativos que puede hacer nuevas todas las cosas incluyendo tu cuerpo, imagen y
presencia de tu alma, y del alma del universo.
Con la meditación, cada vez más y más perfecta y
consciente, comienzas a descubrir qué y quien eres y pasas a serlo. Tu cuerpo
físico adquiere nuevas dimensiones de consciencia y es más activo y generativo,
pues, al aquietarlo en una relajación profunda, le otorgas el tiempo que le
restas día a día en el ajetreado mundo de lo cotidiano, le liberas de las
tensiones que producen la angustia que antecede la enfermedad, pues el cuerpo
no es sino que la memoria de lo que pensamos y emocionamos. Al brindarle ese
ritmo de quietud y armonía, se torna resplandeciente, lleno de fuerza vital y
sabiduría.
La concentración es también un arte y una forma de
meditar. Existen en Ordenes y agrupaciones, claves, mantras y signos que ayudan
y favorecen la concentración, uno de ellos es el OM o AUM, ampliamente
difundidos. En niveles Iniciáticos más elevados, al discípulo se le otorgan
signos antiquísimos y secretos, capaces de cortar ataduras con el bajo astral o
el mental inferior, pues en esos niveles, es fácil encontrar energías
antagónicas a la conciencia del Ser, almas desencarnadas del bajo astral, como
también espíritus elementales que distraen la atención, siembran la duda o el
miedo.
Una de las enormes enseñanzas a nivel iniciático
sobre el desdoblamiento o la salida de los vehículos astrales del ser, y,
aunque parezca fácil decirlo es difícil en los primeros pasos aplicarlo, que
nada en los mundos o esferas donde la mente pueda proyectarse va a causar daño
o la desencarnación como muchos creen. Todo es vibración y la dinámica del
Universo es tan sabia, que nada se le revelará al discípulo si este realmente
no esta preparado. Nada sobrepasará sus límites, excepto la confusión interior
y sus propias creencias.
Una vida sana fruto de un pensamiento elevado,
irradiara en el aura tal energía bella y luminosa, que cualquier vibración
inadecuada de energía negativa, será repelida.
Tiempo atrás tuve un alumno, cuyo temor impedía que
lograra niveles superiores de consciencia pudiendo hacerlo, y, en el momento
del salto cuántico de su ser al infinito, era atraído al cuerpo produciéndose
ese salto brusco que a todos, más de alguna vez, nos ha sacado del dormir. Puede
parecer contradictorio, pero es común que acontezca pues para algunos, meditar
profundamente es el primer paso a lo desconocido. En una meditación cognitiva y
consciente, pudo descubrir un desencarnar abrupto, violento en su vida
anterior. ¿Cómo logró la sanación y luego la expansión de su consciencia más
allá de su zona limite? Llegando en clases a ese nivel, a ese limite, y luego,
imaginariamente dando el salto al vacío, dos alumnos más avanzados le recibían
y abrazaban, le cobijaban y consolaban. Era recibido en los niveles o planos
donde había llegado después de su vida física, en el cual, por las
características de su desencarnación, no había nadie para recibirle.
Doy este ejemplo, pues cada ser humano posee una
zona limite que será más o menos cercana o amplia, dependiendo el tipo de vida
que se lleve. Una vida sana, plena, otorga limites más extensos. Una vida en
desarmonía siempre creara conflictos y limitará las propiedades que cada ser
humano posee esencialmente y por naturaleza, al ser un hijo del Universo mismo.
La zona más bella del todo creado en el universo es
el alma humana. Cuando un ser humano contempla su alma, contempla la grandeza de
su origen, la belleza de su ser, al descorrer el velo del ego que todo
ensombrece. Solo la Luz de la consciencia hace ver la realidad y cuando la
contemplas nace el “yoga” o sea, el unir. Meditación por tanto es Unificar tu
ser, y Unificar tu alma, creando espacios de una sensibilidad mayor que te
hará crecer y vivir en paz. La meditación fluirá libre y espontanea por todas y
cada una de las dimensiones de tu ser. Fluirá como un don natural, que te hará
ser y vivir en esa naturaleza, pues es la naturaleza propia de los seres, lo
innatural es no vivir en ese estado y no desarrollar y manifestar el verdadero
ser que somos. Todo es movimiento en el cosmos y en el cuerpo, como es arriba
así es abajo, por tanto meditar es movimiento, inteligencia y por que no, una
forma de purificarnos y comprender la belleza de la vida. Y, como he señalado
anteriormente, cuando comprendes algo, pasas a ser ese algo.
*
J.C.
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